La oración de la Magnífica es una de las oraciones más conocidas en la tradición de la Iglesia Católica. Así mismo, suele recibir el nombre de Cántico de María.
Específicamente, la podemos encontrar en el Evangelio de Lucas, capítulo 1, versículos 46-55, y es una canción de alabanza que María canta después de saber que será la madre del Salvador por obra del Espíritu Santo. Pero ¿sabes para qué sirve y en qué momento debe rezarse la oración de la Magnífica?
¿Cuál es el origen de la magnífica?
El origen de la Oración de la Magnífica se remonta a la visita que hizo María a su prima Isabel, que estaba embarazada de Juan el Bautista. Cuando Isabel oyó la voz de María, el niño saltó en su vientre y ella se sintió llena del Espíritu Santo.
Entonces, María entona esta oración, conocida como la Magnífica, en la que alaba a Dios y expresa su alegría y gratitud por la bendición de ser elegida para ser la madre de Jesús.
¿Cuándo se debe rezar la oración de la Magnífica?
En la liturgia católica, la oración de la Magnífica se recita en el Oficio de las Vísperas, que es una de las horas canónicas en la oración diaria de la Iglesia. El Oficio de las Vísperas se lleva a cabo en el momento en el que se pone el sol y representa una forma de dar gracias a Dios por el día que ha pasado; al mismo tiempo que solicitamos su cuidado para las horas de la noche.
Otra cosa que debemos saber es que esta oración se suele rezar después del Salmo 122 y antes del Cántico de Simeón.
Además de que se emplea con frecuencia en el momento de la liturgia, no existe limitación respecto a en qué momentos podemos rezarla; de hecho, se recomienda hacerlo en cualquier momento que deseemos, como una forma de alabar a Dios y recordar el papel central que juega la Virgen María para la tradición católica, así como para todos los creyentes, en especial, para el papel de la salvación.
Por otra parte, tal vez te hayas percatado de que muchos católicos rezan la oración de la Magnífica durante el Adviento, es decir, ese lapso de cuatro semanas previas a la Navidad en el que nos regocijamos por la pronta venida de Jesús. La oración de la Magnífica es una forma de prepararse para el nacimiento de Cristo y, al mismo tiempo, de tener presente la humildad y la obediencia que mostró María al cumplir con los designios de Dios.
La oración de la Magnífica también se puede rezar en momentos en los que deseamos dar gracias o simplemente estamos contentos, como después de recibir una bendición o una gracia especial.
En las Sagradas Escrituras se menciona que María cantaba su alabanza a Dios después de enterarse de que había sido elegida para ser la madre de Jesús, y su oración es un ejemplo de cómo podemos dar gracias al Señor por todas bendiciones que se nos dan en nuestra vida cotidiana.
La oración de la Magnífica para hacer frente al sufrimiento
Y, por supuesto, no podemos dejar de mencionar que la oración de la Magnífica también puede ser un consuelo y una fuente de esperanza en momentos de sufrimientos y penurias. María canta su alabanza a Dios incluso en medio de la incertidumbre y el miedo que muy probablemente sintió al enterarse de que iba a tener un hijo. Su oración nos recuerda que incluso en los momentos más oscuros, podemos confiar en el amor y los planes que Dios tiene para nosotros.
En resumen, la oración de la Magnífica es una oración poderosa y significativa en la tradición cristiana. Se puede rezar en la liturgia católica durante el Oficio de las Vísperas, pero también se puede recitar en cualquier momento como una forma de alabar a Dios, dar gracias por sus bendiciones, buscar consuelo en momentos de dolor y recordar la humildad y la obediencia de María. La oración de la Magnífica es una invitación a todos los cristianos a unirse a María en su canto de alabanza, a reconocer que los planes de Dios son perfectos y a que sólo el tiene el poder para acabar con nuestro sufrimiento.